domingo, 3 de mayo de 2009

Cataluña blinda su modelo lingüístico con una ley que le permite transgredir la norma estatal

Cataluña practica desde hace más de dos décadas el monolingüismo escolar. Lo hace de espaldas a la actual normativa estatal (decreto de Enseñanzas Mínimas del Gobierno 1513/2006) y desoyendo las sentencias judiciales que le han instado en reiteradas ocasiones a aumentar las horas de castellano en los colegios. Ahora, la nueva Ley Educativa (LEC) que esta semana se aprobará en el Parlament, diseñada por el equipo del socialista Ernest Maragall, no sólo reforzará esta práctica sino que blindará definitivamente la inmersión y dará carta libre a los incumplimientos reiterados de la Generalitat en materia lingüística. A diferencia de lo que ocurre en otras comunidades como el País Vasco, donde la Ley de la Escuela Pública lleva años velando por el equilibrio entre las dos lenguas escolares oficiales (euskera y español), en Cataluña, la lengua autonómica ya ha ganado definitivamente el pulso al castellano en el ámbito educativo.
Asignaturas, material didáctico, circulares, libros de texto.... todo se hace e imparte en catalán, que ha pasado a ser la única lengua de uso en los colegios, tirando por tierra las pocas esperanzas que aún mantenían los defensores del bilingüismo de restablecer la presencia del castellano en el universo escolar. La ley que esta semana saldrá del Parlament, probablemente con la bendición del 80% de los grupos, obliga también a los profesores a hablar el catalán en «todos los ámbitos del centro educativo» y reduce definitivamente el derecho a recibir enseñanza en castellano a un año.
Veintiséis años después de la primera orden que reguló el uso de la lengua autonómica en la enseñanza (Ley 7/1983 de Normalización Lingüística), el español ha quedado a un nivel inferior al inglés -dos horas semanales frente a las tres de lengua extranjera- y practicamente el 100% de las materias lectivas -excepto lengua y literatura castellana y lengua extranjera- se imparten exclusivamente en catalán, la lengua vehícular de la enseñanza. Así lo establece la Ley de Política Lingüística de 1998, que refuerza algunos preceptos de la normativa anterior. El cerco lingüístico al castellano se estrechará aún más con la nueva Ley de Educación Catalana, que blindará la inmersión que contempla el nuevo Estatut. Tal como avanzó este diario en su edición del pasado 5 de mayo de 2008, casi la totalidad de los colegios catalanes incumplen ya el decreto estatal sobre la enseñanza en castellano, que les obliga a impartir 315 horas en castellano en el primer ciclo de Educación Primaria. Eso significa que, en la práctica, la totalidad de los centros catalanes imparten sólo dos horas de castellano y no tres como establece la orden ministerial. Al margen de esta cuestión, la Generalitat incurre en otros incumplimientos legales.
Sentencias incumplidas Varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y otra del Tribunal Supremo (TS) le han instado a restablecer la casilla que permite a los padres elegir el castellano como lengua de los primeros años de escolarización en el folleto de preinscripción. Hasta la fecha, la casilla sigue sin aparecer. El frente a favor del bilingüismo, cada vez más activo en Cataluña, tiene claro que sus pocas esperanzas por equilibrar el modelo se desvanecerán cuando se apruebe la LEC, que permitirá al gobierno catalán burlar definitivamente la normativa estatal.